jueves, 23 de agosto de 2012

Máscaras





Somos nuestras máscaras. Soy mis máscaras.

Me hago persona en este transitar de papeles que me llevan de niña soñadora, salvaje, cuidadora y solitaria a adolescente esquiva, provocadora y leal. Me hago persona en mis intenciones y mis fracasos. En el camino confuso de la juventud, aturdida, enamorada, ensimismada, rota. En mis viajes hacia lugares interiores sorprendentes, oscuros, nutritivos, calmos. En los enredos, en la construcción del bosque animado, en el baile, en los placeres de los cruces de senderos, en el reconocimiento profundo de las otras y de los otros como mis iguales, en la alegría que salta de los corazones y se convierte en amor.
Despersonalizarse es la locura, una sola máscara se agarra ocupándolo todo. No me asustan mis máscaras si soy capaz de transitarlas, si soy capaz de darme cuenta, si las abandono, las olvido, las cambio, las arrojo lejos y dejo de necesitarlas porque el cuerpo se hace emoción y ya no importa tanto lo que aparece. No hay miedo.
Soy mis máscaras y me hago persona. Y sigo siendo yo. Sólo me desaparezco cuándo no me ves. Tú me ayudas viéndome. Aceptándome. Queriéndome. A pesar de mis máscaras y a pesar de mi desnudez. Quizá precisamente por eso

martes, 6 de marzo de 2012

Salir de la culpa




Para salir de la culpa de una vez por todas

Ayer me equivoqué.
Dicen que me equivoqué.
Yo sólo estaba en un sueño
en el que creía en el amor.
Y parece que merezco un castigo.
Para evitarle al mundo la molestia,
yo misma me condeno
a una vida, cuatro meses y un día.
Por si no fuera suficiente
cada noche me quedo atrapada
en un cepo que sujeta mis caderas,
en un lazo corredizo
que ahoga las palabras, las quejas,
la voz que grita ¡¡basta!!

Ayer me equivoqué
y hoy pienso
que puedo seguir equivocándome,
una, dos, tres, diez veces,
mil.
Equivocarme con minúsculas
y sonreír, quitándole importancia,
EQUIVOCARME con mayúsculas
y acompañarme, sentir que soy humana,
profundamente humana,
perdonarme y escuchar lo que ese error tenga que decirme
y seguir adelante.
Por eso, porque me quiero cada día más,
porque nadie tiene porqué condenarme
ni tan siquiera yo misma,
he decidido cambiar de canción
y sustituir la tonadilla de “soy un desastre”,
y “todo lo hago mal”
por una letra más hermosa
que me permita confiar en la vida
y respetar mi camino,
una letra que empiece diciendo
soy la que soy y merezco ser feliz”.