jueves, 23 de agosto de 2012

Máscaras





Somos nuestras máscaras. Soy mis máscaras.

Me hago persona en este transitar de papeles que me llevan de niña soñadora, salvaje, cuidadora y solitaria a adolescente esquiva, provocadora y leal. Me hago persona en mis intenciones y mis fracasos. En el camino confuso de la juventud, aturdida, enamorada, ensimismada, rota. En mis viajes hacia lugares interiores sorprendentes, oscuros, nutritivos, calmos. En los enredos, en la construcción del bosque animado, en el baile, en los placeres de los cruces de senderos, en el reconocimiento profundo de las otras y de los otros como mis iguales, en la alegría que salta de los corazones y se convierte en amor.
Despersonalizarse es la locura, una sola máscara se agarra ocupándolo todo. No me asustan mis máscaras si soy capaz de transitarlas, si soy capaz de darme cuenta, si las abandono, las olvido, las cambio, las arrojo lejos y dejo de necesitarlas porque el cuerpo se hace emoción y ya no importa tanto lo que aparece. No hay miedo.
Soy mis máscaras y me hago persona. Y sigo siendo yo. Sólo me desaparezco cuándo no me ves. Tú me ayudas viéndome. Aceptándome. Queriéndome. A pesar de mis máscaras y a pesar de mi desnudez. Quizá precisamente por eso